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Descubre quién te está robando sin que tú te des cuenta.



Hay muchas personas y cosas que nos hacen perder el tiempo, pero la mayoría de veces lo hacen con nuestro consentimiento. Bueno, como mínimo, no ponemos demasiado empeño en evitarlos. La razón básica es que no valoramos nuestro tiempo como es debido. El tiempo es oro.


Si dejamos que los ladrones de tiempo NOS SIGAN ROBANDO nuestra vida, entraremos en una dinámica muy negativa. Necesitaremos más tiempo para hacer nuestras obligaciones y tendremos que sacarlo de algún sitio, así que no tendremos más remedio que dedicar menos tiempo a lo que nos gusta, a nuestra familia, amigos y aficiones. Y eso NO ESTÁ CHIDO.



Decir SÍ cuando en verdad quieres decir NO es uno de los más grandes y constantes LADRONES DE TIEMPO y de buen humor incluso, ya que aceptar peticiones que no te aportan nada te hará perder muchísimo tiempo y seguro no estarás NADA content@.



Correo electrónico, redes sociales y mensajitos varios. Son otra clase de interrupciones. Si tienes estos programa abiertos, recibirás notificaciones, irás a verlas y querrás contestar. Ciérralo todo y planifica un par de momentos al día en los que entrar, vaciar la bandeja de entrada y dejar todo en orden. Elimina los correos que no necesites.


Las malditas reuniones. Suelen hacer perder mucho tiempo, con el agravante de que afectan a mucha gente. Si seis personas pierden una hora en una reunión, son seis horas de trabajo perdidas. Siempre hay que evaluar la necesidad real de la reunión y, si es necesaria, convocar sólo a las personas implicadas. Se deben preparar correctamente de antemano, definiendo los temas a tratar y estableciendo un tiempo máximo de duración.


Si no te organizas bien, perderás infinidad de tiempo decidiendo qué es lo siguiente que vas a hacer y cómo. Si no sabes hacia dónde te diriges, lo más probable es que no dejes de dar vueltas. Dedica todos los días un pequeño rato a organizar tus objetivos, proyectos y tareas. Además de ganar mucho tiempo a la larga, la sensación de tenerlo todo bajo control es el mejor remedio contra el estrés.

No delegar correctamente. Si no eres capaz de delegar ciertas acciones, terminarás haciendo cosas que otros pueden hacer mejor, más rápidamente y con menor coste. Y eso, por supuesto, también supone una gran pérdida de tiempo.


Una comunicación pobre hace que el tiempo necesario para realizar una tarea se alargue innecesariamente. Cuando aceptes un trabajo o delegues una tarea, asegúrate de que hay una comunicación clara. Transmite tus necesidades sin dejar espacio a la ambigüedad o a una mala interpretación, y asegúrate de que el mensaje ha llegado correctamente. Si se hace mal el trabajo, habrá que modificarlo o rehacerlo, y eso supondrá romper tu actual planificación y entrar en estado de emergencia.


Muchas veces nos tenemos que desplazar grandes travesías hasta el lugar de trabajo o simplemente para recoger a los niños al colegio. También hay momentos en los que tenemos que esperar a alguien, por ejemplo antes de una entrevista o reunión. Allí es cuando podemos utilizar nuestro tiempo para contestar algún correo, mensajes, aprender un idioma, escuchar un audiolibro, etc.

Se pierde mucho tiempo en conflictos innecesarios, dedicando gran parte del tiempo a defenderse o cubrirse por una posible culpabilización. Aunque es un tema de actitud personal y de la cultura de la empresa,  cambia el enfoque, no personalices las discrepancias con tus compañeros,  soluciona los problemas buscando relaciones de ganar ganar.

Aprende a gestionar emocionalmente las preocupaciones, sentimientos de culpa, odio, miedo, ansiedad, etc. que te quitan tiempo y no te generan valor. En muchas ocasiones NO SUMAN nada bueno a tu vida.

En un entorno laboral normal hay demasiadas interrupciones. Además del tiempo que te quita la interrupción en sí misma, se necesitan una media de 15 minutos para recuperar la concentración perdida. Corta de forma educada las interrupciones y conversaciones telefónicas innecesariamente largas, aplaza cortésmente las urgencias de los demás a un momento más adecuado para ti, sé firme y asertivo con los habituales pesados de la oficina, y desconecta el móvil cuando necesites máxima concentración.


Muchas personas por querer realizar un trabajo perfecto, no terminan nunca un trabajo, difiriéndolo permanentemente.

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