Hace no mucho una persona muy cercana me dijo que mis fotografías no servían, que era muy mala fotógrafa, y me la creí, pensé que era para hacerme mejorar, pasa el tiempo y yo seguí con la inseguridad de mis fotografías, hasta que por necesidad (me quedé sin fotógrafo en la agencia) retomé la cámara y me redescubrí como alguien que amaaaaa profundamente fotografías, en todas sus facetas.
Hoy un influencier de esos que tienen miles de seguidores le dio “me gusta” a una fotografía que tomé y mi primera reacción fue de oraleeeeeeeee, le llamó la atención mi trabajo y la neta sentí bonito. Pero, peroooooo, ahí viene el buen pero, ¿porqué tengo que valorar mi trabajo o mi talento en las voces que hay fuera de mi? Si lo importante es lo que siento yo, cuando lo hago.
Si el corazón me pide fotografiar y cuando lo hago soy inmensamente feliz y esto no depende de los resultados. Obvio, el cliente debe de recibir un producto de la calidad que está pidiendo y a eso me comprometo, porque al final es algo técnico también, sólo que la sensación cuando estoy detrás del lente me hace sentir que estoy dando “click” a una forma en como veo la cosas y esta forma queda plasmada temporalmente. Y con el pasar de los años, esa imagen te cuenta a detalle quien era, qué quería decir y termina conectando con la emoción del momento que recorre un tiempo del “click” inicial al tiempo presente. Así es la fotografía para mi, amor por transmitir instantes desde mi perspectiva.
Y por eso y por muchas cosas más, amo la fotografía, bendito talento de locos.
La moraleja que no me pediste, pero pos ya andamos entrados en este asunto es la siguiente: La voz que necesitamos escuchar es la voz que nace de nosotros y que te mantiene encendido en tus pasiones. Y esa voz siempre será interna, lo externa son OPINIONES que puedes tomar en cuenta, las buenas y las malas, pero no dejarlas que HABITEN y callen tu voz interna.
Así que si amas cocinar y te dicen: que espantosooooo lo haces, quizá no es el paladar que buscas.
Si amas pintar y te dicen: mmmmmm que feos están tus dibujos, quizá no son los ojos adecuados. Ve la historia de Maud Lewis, pintora canadiense de Folckor (Película en Netflix Maudie)
Si amas cantar y te dicen que lo haces espantosoooooo como cabra, quizá no son los oídos adecuados y recuerda la facturación de Shakira mi comadre.
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